El Unicornio no fue un corcel |
Y tú ensalzaste mi cuerno como de unicornio, fui ungido con olio verde.Cuando el Fisiólogo escribió su bestiario, tal vez en Alejandría hacia fines del siglo segundo o comienzos del tercero de la era común, los misterios mediterráneos estaban siendo polinizados por una nueva imaginería que, algunos siglos más tarde, reconoceríamos como "cristiana". En sus páginas encontramos la primera descripción del unicornio, que dice así:
Es un animal pequeño, parecido al cabrito, pero muy feroz.Las especies de la fauna fantástica siempre vivieron en los libros, pero desde el 18 de enero de 2011, los libros cuentan con su propio bestiario. El Fisiólogo es Joseph Esposito, veterano de la industria editorial que propone en Scholarly Kitchen, la siguiente clasificación:
Libros institucionales: es un libro que se desarrolla alrededor del concepto de facsimilar y, por tanto, retiene algunas de las características arquitecturales de la palabra escrita. Se nos presenta como .pdf y, aunque nos mofemos de él en estos tiempos 2.0, está aquí para quedarse. Por dos motivos. La fijación del texto que el formato garantiza, como una institución, y los costes asombrosos de la digitalización dinámica.
Libros clásicos: es el libro digital que plasma una de las virtudes primarias del libro impreso: su capacidad de desaparecer de nuestra conciencia mientras nos concentramos en el texto. Se nos presenta, la mayoría de las veces, como .epub y puede tener algunas características ausentes en su antecesor como, por ejemplo, un diccionario incluido. Una subespecie exitosa en el hábitat es .mobi, en su versión para Kindle.
Es pequeño, como un cabrito sin destetar, pero feroz. Es la especie que ha tomado por asalto a la industria editorial tradicional.
Libros enjaezados (robo la expresión a Juan José Díez): es un libro "enriquecido" que entró en el imaginario editorial de la mano del iPad de Apple y de los sueños de negocios pingües en territorio ajeno y desconocido. Los libros enjaezados no se conforman con transportar el texto, deben tener audio, video y algunas simulaciones. Los libros enjaezados también se presentan como apps en los stores, pero son todos del mismo genus. Aquí estamos ante un caso en que natura facit saltus, porque los autores de estos libros no son autores sino desarrolladores. Y los lectores, usuarios o consumidores.
Libros musculosos (o libros cachas): es el libro que pertenece a una subespecie del libro clásico y en el cual la lectura se concibe como un partido de rugby entre el texto, el contexto y el presunto lector. Su hábitat, por el momento, son las universidades y su subproducto, los papers de los graduandos.
Libros sociales: es un libro que el Fisiólogo no está seguro de incluir en su taxonomía fantástica. Para entender las dudas del Fisiólogo basta con preguntarse si Wikipedia puede considerarse un libro. Pero hasta que se pinche la burbuja de Facebook, hay que vigilar su desarrollo.
Libros staccati (o coitus interrumptus): es el libro que viene de China y de Japón, cuya escritura ideogramática les ha dado ventaja, por primera vez en más de dos mil años, sobre la alfabética. Se presentan en la pantalla de los teléfonos móviles, un capítulo por viaje de metro. Así como el libro social se corresponde con la cultura Facebook, el libro staccato tiene su equivalente no libresco en los 140 caracteres de Twitter.
Honrada la sabiduría del Fisiólogo, quiero proponer una séptima categoría, que amenaza con impedir la evolución armónica de esta nueva ecología. Es el libro converso.
Libros conversos: es el libro arrepentido, aunque no sabrá de su arrepentimiento hasta después de la conversión. Se producen y reproducen en la India y en cualquier otro suburbio del mundo donde todavía exista el trabajo esclavo, para disfrute de los suburbios donde la esclavitud ha sido abolida. Es un libro que hizo su vida en el papel y cuyo dueño (del copyright, se entiende) quiere, a toda costa pero sin convicción, sumarse al asalto del libro clásico. Con absoluto desprecio de las características que lo convirtieron en libro en su etapa anterior de evolución, los dueños del copyright de este libro quieren una rápida conversión a .epub o a .mobi, para entrar en la iglesia. Son el fast-food del universo digital. Son los libros que generarán la ira del lector, que se sentirá estafado en su buena fe, y son la infantería del statu quo. Son legión.
En los tiempos del primer Fisiólogo, en Alejandría, todavía no se daban las conversiones masivas, que llegaron con el cuarto siglo. En tiempos de Joseph Esposito, en cambio, sí se dan. Pero lean su artículo. Vale la pena.
8 comentarios:
qué coincidencia, Julietta: En el libro que todavía seguimos excavando, el glosario final se llama bestiario como alegoría de los tipos de software social. Es menos evidente y directo que tu mención, pero glosario se quedaba corto
Buen post.
PS.: la verdad es que no sé si excavo el libro o a mí. Escribir etnografía siempre exprime.
Muy bueno, la verdad. Eso sí, muy aconsejable para que lo lean los editores, especialmente algunos. Yo reconozco que he tenido que leerlo dos veces, pero me he reído un rato.
Gracias por tan ingeniosa entrada.
Hola, David. Tantísimo tiempo sin verte por aquí. Tu carcajada me justifica. ;)
Julieta, fantástico este bestiario, y muy buena tu aportación. Los bestiarios, que habitualmente estaban "iluminados", dan un poco de luz ante este horizonte nuevo que tantas incógnitas nos plantean. Gracias por darnos luz.
Javier, me sonrojas. ;)
Verdaderamente interesante el bestiario. te pido permiso para utilizar el término "libros staccati" en una próxima entrada de mi blog pero para aplicarlo a un tipo de producto editorial que se está haciendo en España, 160 páginas, entre 22 y 26 euros, e intrascendente de manera alarmante en su contenido, cundo no horrible y que debes dejar de leer cuando llevas 40 páginas.
Un cordial saludo y a seguir haciendo entradas de esta categoría.
Manuel
Hola, Manuel.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Por cierto, me gustó mucho tu post sobre leer más por menos y el precio fijo. Ponderado y al grano. Lo compartí con mucha gente en Twitter.
qué placer desvelar tu nube.
abrazo,
g.
Publicar un comentario