jueves, 7 de abril de 2011

¿Hay que seguir llamándolos libros?



Se va imponiendo lo de llamar "enjaezadas" a esas versiones electrónicas de libros pensados, concebidos y escritos como los libros de toda la vida, con el único agregado de algún video y materiales premium que justifiquen, más a ojos del editor que del lector, unas tecnologías que tal vez hayan llegado para proponernos otra cosa.

Gracias a Shane Richards, editor de tecnología del Telegraph, he encontrado esta versión animada que HarperCollins encargó para lo que antes llamábamos portada y portadilla del último libro de James Gleick. Sí, ese mismo. El que popularizó la teoría del caos allá por los años 80. La editorial encargó 12 videos a los alumnos del Central St Martin College of Art and Design de Londres y el resultado, como casi todo el diseño que viene de la capital británica, es espectacular. El título: The Information. Y sí, Gleick se propone, esta vez, popularizar una teoría de la información. Algo aun más caótico que el caos mismo.

En su libro, que fue concebido, pensado y escrito con el paradigma texto como centro, Gleick dice estar interesado en la forma en que producimos y compartimos información, pero no en las tendencias de corto plazo. Que si creemos que Facebook es importante andamos mal encaminados. Que lo importante son los cambios que se producen cuando podemos comunicarnos a esa escala y con una inmeditez antes desconocida. En un libro cuyo título es The information, ¿qué agregan en materia de información, aparte del elemento decorativo, los videos que lo enjaezan? ¿Son estas animaciones algo más novedoso en nuestra comunicación que las iluminaciones de los manuscritos medievales?

Sin duda, el libro electrónico y la oportunidad que ofrece de incorporar otras formas discursivas dará mucho juego en los títulos de no ficción. Pero, ¿qué lugar ocupan las "iluminaciones" encargadas por el editor en la teoría de la información de Gleick? ¿Son de verdad una nueva manera de comunicarnos?

Y una pregunta, ¿debemos seguir llamándolos libros o solo lo hacemos por pereza intelectual?