domingo, 24 de enero de 2010

Enrollados

Antes del 5 de febrero hay que visitar a Jordi Cervera en Twitter, para leer su novela negra Serial Chicken, que reclama ser la primera novela twitter de España y cuyo desenlace está anunciado para esa fecha.
Uno de los problemas de la ficción en red, del cual no escapa el género blog como he comprobado personalmente en mis Entomológicas de Queequeg, es la ausencia de espacialidad de la escritura y el carácter continuo de estos rollos virtuales, que nos obligan a encontrarnos con el post más reciente, destruyendo cualquier construcción de suspense y, también, de personaje. Quizá éste sea el motivo por el cual la protagonista de la novela de Cervera es una gallina asesina: nadie espera de ella motivaciones demasiado elaboradas. Otro efecto curioso del rollo continuo es el de provocar la discontinuidad narrativa: cada entrada debe golpear con la fuerza de la novedad y cerrarse sobre sí misma, al mismo tiempo que se abre a múltiples enlaces que, en el caso de Twitter, suelen llevar a las cuentas de otros autores quienes, además de proponer pistas y soluciones para la trama de la cual venimos, escriben sobre otras cosas que nada tienen que ver con gallinas ni asesinatos.
Así, seguir los cinco microcapítulos diarios, de un máximo de 140 caracteres cada uno, puede llevarle al lector el día entero. Una buena experiencia en carne propia del déficit de atención con el cual deberemos convivir de aquí adelante quienes habitemos en alguna esquina de la Nación Internet. Cuando el rollo continuo genere más ficción, sería interesante ver por qué derroteros llevan a la creación estas nuevas restricciones a la escritura. Y a la experiencia lectora.

La iniciativa ha sido del Ajuntament de Barcelona y el objetivo, la promoción de la Trobada de novel.la negra de Barcelona, que tendrá lugar en esa ciudad entre el 1º y el 6 de febrero.

Y ahora, si me disculpan, me voy a mi sillón favorito a leer la segunda entrega de Stieg Larsson, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina , en versión papel. Y, atenta a mi déficit de atención, me pregunto: ¿por qué habrán traducido el título del francés?