martes, 28 de diciembre de 2010

Rapid Share quiere ser respetable, como Hollywood

La firma alemana de alojamiento de archivos con base en Suiza, que en 2008 ocupó el lugar decimosexto entre los sitios más visitados de Internet, según Alexa, no está dispuesta a que Washington siga enlodando su nombre.O, puesto en otros términos, que los lobbies que operan en el Capitolio en defensa de los derechos de copyright de las industrias de contenidos acaben con un pingüe negocio, defendido por la Cámara de Microempresarios suiza.
Cuando a la empresa le tocó compartir el podio de la vergüenza con Pirate Bay e IsoHunt, decidió que había le había llegado la hora de ejercer presión sobre los legisladores estadounidenses y ha contratado a Dutko, el grupo que hace lobby en Washington en nombre, entre otras, de Google. Según el portavoz de RapidShare, el abogado Daniel Ramier, considera una injusticia el que hayan sido incluidos en esa lista:
"No se puede simplemente echar una mirada a la cantidad de material ilegal que hay en el servidor. Es probable que Google que tenga  millones y millones de enlaces a archivos ilegales. La mayoría de la gente probablemente esté de acuerdo en que Google no es una mala empresa."
Al margen del punto de cinismo del comentario de Ramier, sus palabras echan luz sobre una batalla que nadie sabe cómo dar y que parece perdida desde el inicio, por mucho que le pese a la ministra González-Sinde y a Javier Bardem. Sí, hay millones y millones de enlaces a contenidos ilegales en Internet y es bastante difícil imaginar cómo se le pondrán puertas al campo.

Dutko Worldwide, según Ars Technica, generó ingresos por $12,940,000 durante 2010 en el rubro de lobby o, para ser más claros, defensa de intereses sectoriales frente la cámara legislativa de los Estados Unidos. Las sumas que gastan anualmente la industria del cine y de la música con el mismo propósito supera los 5 millones de dólares. Una pelea de gigantes que los mal llamados "internautas" miran desde los balcones de su banda ancha.

¿No habrá llegado la hora de reconocer que gran parte de nuestras vidas, tanto productivas como de ocio, se desarrollan en la más grande copiadora universal que jamás haya inventado la humanidad y, en consecuencia, veamos de qué manera se le quita el copy a la palabra y empezamos a defender de verdad los rights, que han cambiado de naturaleza sin que nos diéramos por enterados?

1 comentario:

David Soler dijo...

Uf, tremendo. La pregunta/párrafo final me ha parecido sencillamente genial.
Mira que las cosas son más o menos fáciles pero no sé por qué razón hay gente que se emperra en querer entenderlas.